jueves, 12 de abril de 2007

dia 7: Tafraut - Ait Baba - Agadir

El gran sur.

Por la mañana, tras desayunar y despedirnos de nuestro amigo austríaco, Frans. Tomamos camino de la ruta de las gargantas, hacia Souq el Afella.

El paisaje de Tafraut me encanta. Subimos por una carretera de curvas de 180º mientras contemplamos el caracteristico paisaje de Tafraut, con puntitos verdes sobre las montañas color ocre. El plano es facil de seguir (Hans tenia un libro austriaco con cientos de rutas en marruecos para 4x4 o moto, con puntos gps, etc. en España no hay nada similar). Pasamos varios pueblos y gargantas por una pista polvorienta. Me gusta especialmente Ait-Mansour por su vegetacion exhuberante y las paredes verticales del cañon, de color naranja intenso.

En un par de horas estamos de vuelta en Tafraut, despues de habwer completado relajadamente la ruta anterior, y aprovechamos para ir al cajero. Mientras Paco me espera en la terraza del Hotel Saint Antoine, voy a mandar un email ;-), y me enfrento con un teclado marroqui por primera vez. El Hotel, con piscina nos parece muy recomendable.

Paco quiere ir hacia Agadir, pero antes me acompaña a dar una vuelta por la carretera de Tiznit hasta Adai, pintoresco pueblo de casitas como de juguete. Luego seguimos por el tramo que habiamos hecho ayer camino de Ait-Baba. Tras una subida rápida y divertida por la carretera que se ve en la foto, paramos en el alto a contemplar el paisaje.

Dice una guia que la carretera hasta Ait-Baba es la mas espectacular y peligrosa de Marruecos. Plagada de curvas, transcurre por la ladera de las montañas con buenas vistas del valle, es estrecha y en varios kilometros el precipicio comienza al borde de la carretera. No encontramos practicamente tráfico. El hambre aprieta y no aparecen sitios donde comer. Damos gas con alegria pero, de nuevo, los kilometros no acaban de pasar. Por fin en Ait-Baba nos pegamos una buena comida en el unico hotel y restaurante que hay, con unas cocacolas frias de 35 cl.

A partir de aqui, la sensacion de aventura desaparece, el trafico aumenta y el paisaje empeora. Entramos en Agadir y paramos en el paseo maritimo junto a la playa. Hacia días que no estabamos en un sitio tan civilizado. Nos fijamos en los marroquies que pasean, muchos de ellos turistas, tan diferentes de las gentes de la montaña.



Tras Agadir, vamos mirando si hay hoteles al pasar los pueblos, hay varios donde se ve que debe haber bastantes surfers pero en otra epoca del año.

Otro día más la puesta de sol nos coge sobre la moto. Esta es especialmente bella. Hacia días que no estaba junto al mar. La contemplo pensando que el sol se pone tambien en mi viaje. Ya he visto Imilchil, el Sahro, Tafraut y lo que queda por delante ya no es nuevo para mi, y se que no me provocara las mismas emociones que éstos lugares.


Al hacerse de noche, bastante cansados, encontramos un hotel de carretera, donde nos atienden como siempre con amabilidad y simpatia.

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