jueves, 12 de abril de 2007

dia 5: Tanhasste - Nkob - Zagora - Mhamid


Por el valle del Draa, una pista paralela a la carretera zagora -agdz recorre el palmeral

Dia 5

Nos levantamos con la luz de la mañana que entra a traves de las diminutas ventanas de nuestra bonita habitación en la torre de la kasbah, de paredes de adobe y paja sorprendentemente gruesas. De nuevo el dia amanece perfecto. Salgo a la terraza de este pequeño palacio de barro y veo entre las palmeras del oasis los campos verdes de trigo. Es una delicia la temperatura y el frescor del aire a esta hora.

Salimos por una corta pista arenosa que atraviesa el oasis y ponemos rumbo a Zagora, recorriendo en sentido inverso el tramo desde Nkob que hicimos ayer de noche. La carretera es recta y algo monotona, pero el paseo en moto es un placer, a ritmo relajado, con el aire fresco, bajo un sol que todavía no castiga, con el gustillo interno de haber descansado bien tras una etapa excepcional el dia anterior y con la ilusion de recorrer la siguiente pista por el palmeral del valle del Draa hasta Zagora.

Por el camino, en plena carretera encontramos durante un par de kilómetros muchas piedras enormes, de tamaño parecido a una calabaza muchas y otras mayores. No nos explicamos que hacen alli, quiza algun camion perdio su carga. Nos alegramos de no habernoslas encontrado de noche.

Tras repostar, comprar agua y charlar con los niños que se acercan en la gasolinera, que dicen que estan de vacaciones por el Ramadan (dudo que sea verdad), seguimos y encontramos fácilmente el comienzo de la pista, donde paramos. Aparece un alemán en bici con alforjas, delgado y de pelo blanco, es difícil decir su edad, 50 años quiza. Se para a hablarnos en español. Nos cuenta que ha estado en Marruecos varias veces, y hoy va al Djebel Sahro, que nosotros pasamos ayer, aunque se quedara en el refugio de abajo, sin subirlo. Sopla una ligera brisa justo en la direccion opuesta a la que va, que tendrá que soportar posiblemente casi todo el día. Nos quedamos admirados de su serenidad. Se despide y emprende lento su lucha estoica con el viento que le frena.

Son las 10:00 (12:00 en España). Hoy vamos bien, y la ruta no esta tan apretada como otros días. Debemos estar en Zagora antes de las dos para ir yo al banco. Nos acercamos a Tamezmoute y al poco vemos el Draa, cargado de agua marron y trazando curvas amplias que dividen en dos el palmeral, donde vemos mujeres trabajar entre el trigo, en las pequeñas parcelas en las que esta dividida la valorada y rica tierra regada por el río. Un niño nos ofrece una caja naranja de datiles, se deben de producir un monton alli, y son excelentes. Me acuerdo de Hashim, un agricultor de este valle que me abrio las puertas de su casa el año pasado, y que pienso visitar para entregarle copias de las fotos que saque entonces.

La pista es divertida, con curvas, atravesando algunos pueblos, a veces por el palmeral y otras veces mas al exterior por una zona mas desertica. Veo una pista que se dirige al palmeral mismo, que me recuerda a alguna recorrida el año pasado, con un suelo de arcilla seca de formas redondeadas y por el mismo centro del palmeral.

Veo una especie de Kasbah en lo alto y tomo el desvío a la derecha para intentar llegar al río. Por este tramo hay bastante gente, todos nos indican que el camino está cortado. Llegamos al río donde las mujeres están haciendo la colada. Hay un paso de troncos grandes de madera, y estos dos, de cachondeo, me dicen que vamos a pasar por ahí las motos a mano entre los tres.

Tras pasar varios pueblos, disfrutando de un pilotaje más rápido y divertido, la pista se desvía hacia el desierto y se vuelve muy pedregosa. Procuramos cuidar las mecánicas ante tanto bache y piedra suelta. Tengo un susto, y estoy a punto de caerme, a poca velocidad pero sobre una pista de piedra sobre piedra, al final doy gas y puedo salir.

Nos vamos acercando a Zagora. Hay algún tramo de arena, pero muy pequeño. La pista, transcurre lejos del palmeral y mejora, y empiezo a ir rápido. Paro a esperar y los veo aparecer a lo lejos, su imagen aparece ondulada debido al calor.

Llegamos por fin a Benizouli. Desde allí se puede seguir por pista, pero tomamos la carretera a Zagora. Antes paramos a tomar una refresco en una de esas tiendas pequeñas que tanto abundan, quizá una de las pocas alternativas para salir adelante fuera de la agricultura o ganadería. Charlamos un rato sobre la vida en Marruecos y con paciencia consigo convencer a unos chavales para sacarles una foto.

Llegamos a Zagora. Es el lugar más turístico con diferencia que hemos visitado. Se ven un montón de todoterrenos y motos, muchos españoles. Paro en el Banco para sacar dinero con la visa y el pasaporte. La cola de marroquíes es grande. Me atienden muy bien. Delante de mí, un guía marroquí joven, cojo y espabilado acompaña a una inglesa tonta y gorda, disfrazada de turista británica, que parece no enterarse de nada aunque agarra los billetes con fuerza “How much is supposed to be this?”

Cruzamos Zagora hacia el sur hasta llegar al Kasbah Asmaa. Parece que todos los españoles acabamos en este hotel. Dejamos las motos en el aparcamiento del hotel donde continuamente hay tíos ofreciendo los servicios de taller para las motos. Por fin llegamos a un Hotel de día! Y este tiene piscina!!

En la recepción una mora muy risueña y simpática nos recibe. En general los marroquíes parecen trabajar de muy buen humor. La habitación triple que nos han reservado es de matrimonio más individual. Señalo a mis polvorientos compañeros y les pregunto que pareja de nosotros creen que va a compartir la cama. Lo arreglan mientras cubro los papeles. La encargada lee el papel donde he cubierto mis datos incluida la profesión, me mira de arriba abajo con el traje lleno de polvo, la cara quemada y el sombrero de indiana jones y me dice riéndose “Professeur???” – Oui, oui. Je sui le professeur et ils sont mons estudants, Joakin et Pako”. Seguimos la broma mientras nos da una habitación con terraza a la piscina. Bajamos a comer en una mesa cerca de ésta, y no perdono un bañito unos largos.cortos, la piscina esta vacía y el agua esta fresca. La gente ha terminado de comer y nosotros lo hacemos relajadamente escuchando el canto de los pájaros. El menú es lo de siempre: tajine o cous-cous de lo que haya. Nos atiende una morita joven, muy morena, que no entiende ni un petit peu de francés, en prácticas seguramente. Yo quiero saber si el menú en la cena es el mismo, lo pregunto. Me mira diciéndome: “no me hagas esto, pide un plato y no me compliques” pero ve que no lo hago y pide ayuda. La cena es el mismo menú. Comemos bien. A mi me traen un cous cous para dos o tres que debió de sobrarles. Mientras espero el café, me tumbo a la sombra en una tumbona a la que había echado el ojo. Me quedo seco. Levanto la cabeza y veo el café que han dejado a mi lado y a mis compis catatonicos en sus respectivas tumbonas.

Voy a Zagora en busca de un sitio donde descargar la tarjeta de la cámara. Fallo grande el no haber comprado una mayor. Hace un calor tremendo y no se pueden dar ni dos pasos al sol. No me cuesta encontrar el sitio. Una jovencita muy eficiente y rebosante de autoconfianza que lleva un ciber pone a grabar los cds, mientras espero un buen rato. Es de piel muy oscura, ojos negros y grandes, labios muy gruesos, parece casi más del África subsahariana. Se nota que hay más gente negra o casi negra al sur. Mientras espero entra una amiga suya con la que se besa cariñosamente en ambas mejillas y conversa sin dejar de trabajar. Da la sensacion de que son gente joven muy cariñosa y con relaciones personales estrachas.

De vuelta en el hotel encuentro a Joakin hablando por teléfono con la BMW. Repasando su moto ve que se le ha rajado un guardapolvos de la rótula que sujeta el telelever a la horquilla delantera y la grasa que contenía se ha salido. También hay algo de aceite bajo su amortiguador delantero.

Luego habla con un amigo que le pregunta si ha sido por coger un bache: “- si, un bache... y diez millones de baches mas”. Joaquín se quedará en Zagora para que le reparen la moto, no acepta que nos quedemos, el se arregla, nos dice que vayamos a mhamid, según lo previsto.

Paco no ha visto el desierto nunca y vamos a ello, pero con demasiado retraso entre una cosa y otra. Al poco de tomar la carretera vemos un indicador a Tazzarine que señala el inicio de la pista a Rissani tan famosa. La carretera solo tiene asfaltada la banda central y hay que apartarse cuando vienen de frente. La arenilla me está dejando al rojo vivo el contorno de los ojos, y que con visera no veo bien y las gafas de calle no cubren demasiado. Tras un trecho monótono subimos un pequeño puerto y vemos una inmensa llanura. El sol se pone. Llegamos a Mhamid casi de noche. No hay tiempo para buscar las dunas y subimos a Alí a la moto de Paco, que con tacos ira mejor por la arena. Alí sin miedo alguno a pesar de algunos bandazos lógicos en la arena va indicando el camino con dos dedos a Paco, mientras yo voy pensando “a ver a donde nos lleva este fenómeno” aunque sin preocuparme demasiado. Tras dos o tres Km., paramos junto a una casa de adobe en medio de una zona de dunas bajas. Ali, va hacia la puerta y con sus llaves la abre. Nos ha llevado a una casa suya. Nos dice que las dunas están a no se cuantos Km. Le explicamos que no nos vamos a quedar, que se fije en que no tenemos maletas, que están en el hotel. A Paco le hace un montón de gracia el pillo este de Alí y los 40 ladrones y nos sacamos unas fotos con el pájaro. Volvemos a Mhamid siguiendo el GPS, por si acaso y tras tomar un te infame y agua partimos de vuelta, ya con noche cerrada.

Pero Marruecos nos reservaba aun una sorpresa para este día. La luna, llena y enorme, muy baja, nos iba marcando el camino. Era precioso. Fui estudiando donde parar para fotografiarla y lo hice en una zona de oasis. Fotografiar la luna es más complicado de lo que parece, y seguimos viaje a pesar de no haber sido capaz de captarla muy bien.

Regresamos prudentemente por la carretera donde hubo que apartarse de alguno que venia de frente. Al llegar al hotel Joakin nos esperaba contento en la terraza con una cervecita, le habían hecho una reparación de emergencia bastante aceptable.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

hola tom soy un chico nkob pero vivo en valencia y conozco bien la zonz de shagro si hay alguin que quere heir este verano yo estare hay en nkob bien veinedo yo tambien me gusta viejar un que sea de la zona me gusta hacer amigos españoles que viajen a marruecos el que kiera contactar con miego me msn es nekof04@hotmail.com un saludo atodos los que estan aficeonados al diesrto

Anónimo dijo...

hola soy un gran aficeunado al deporte de dierto y conoceir gente de otra cultura de donde sean