jueves, 12 de abril de 2007

dia 2: Larache- Moulay idriss - Azrou - Midelt

Al dia siguiente madrugamos, 7:00 Am hora local, y desayunamos muy bien al lado del hotel. En frente un hombre habla solo y gesticula compulsivamente. Luego aparece una mujer, de pelo rojizo y vestido estrafalario tambien desequilibrada. Parece que los locos madrugan aqui. Por lo demas se sigue respirando la calma normal de este bonito pueblo. Recogemos las motos, cargamos y tomamos rumbo a Midelt.


La carretera via Souk el Arba, tiene poco trafico y rodamos a buen ritmo, aunque todavía adaptandonos. Los campos cultivados estan verdes, y a los margenes de la carretera se suceden infinidad de personas y escenas cotidianas, con lo que la conducción es entretenida. Cerca de Souk el Arba, hay unos carriles de tierra paralelos a la carretera por donde circulan esos carros tirados por caballos con ruedas de auto, en los que van montados familias enteras y es muy curioso verlas pasar.

Al llegar a Sidi Kacem, veo una pista de tierra rojiza que sube a una loma haciendo eses, y dado que vamos bien de tiempo planteo que intentemos llegar a ella. A Paco y Joaquin les parece buena idea, para ir tomando contacto con las pistas y ver si va todo bien amarrado. La encontramos sin dificultad y subimos por ella; la sensación de libertad es fantastica . Desde lo alto se contempla una gran llanura, y nos detenemos para sacar las primeras fotos. Seguimos. Mi intencion era seguir por pistas en direccion suroeste pero la pista se acaba y aparecen muchos caminos estrechos, que voy tomando hasta que nos vemos en medio de una aldea en el alto, rodeados de cabras y niños, bastante sorprendidos estos ultimos por que no debia haber subido hasta alli un vehiculo a motor en mucho tiempo. Sientes que estas violando un poco su intimidad y al mismo tiempo te parece fantastico llegar a ver sitios a los que no podrias llegar mas que andando o en moto. Como no podemos seguir en la direccion deseada retornamos al punto de partida a traves de varios caminos, con alguna bajada bastante pronunciada donde puedo comprobar que mis mixtos de tacos van bien, y que los tres nos movemos bien en este terreno. Joaquin y Paco, aprietan los amarres de sus bolsas a las motos.

Continuamos en direccion a Volúbilis, las ruinas romanas cerca de Meknes. No veo ningun indicador pero compruebo que las estamos dejando a la derecha, por lo que pregunto y tras una parada técnica, tomamos una carretera estrecha en subida, de curvas con gravilla, muy divertida. En Volúbilis, con varios autobuses de turistas, decidimos no parar, y continuamos ruta por la carretera que lleva a Moulay-Idriss. Vamos a subir hacia el pueblo y tratar de comer. Un carretera muy empinada de curvas cerradas nos lleva al pueblo, que tiene magnificas vistas desde lo alto al valle y esta en día de mercado totalmente abarrotado. Acabamos circulando por una calle llena de gente. Joaquin desaparece, tras buscarle un rato, le encuentro y me explica que le parece excesivo meterse con la moto en calles tan abarrotadas. Tomamos un te en una terraza mas tranquila. Que bien se esta a la sombra en Marruecos cuando el sol del mediodia aprieta. Decidimos comer en una de las calles pricipales, en uno de esos locales abiertos donde le compras la carne al carnicero y te la cocinan. Unas brochetas de carne picada de buey y ensalada. Rico, facil y rapido.

Seguimos viaje. Cruzamos Meknes, una pena pero no podiamos parar, y paramos en Azrou a poner gasolina, serian las 18:30 en España. Antes asistimos a cierta distancia a un intento de adelantamiento en subida con un coche que no dá más, bloqueando el tercer carril diez minutos, mientras los de detrás intentan colarse por cualquier hueco e intercambian posiciones. Como vamos bien de tiempo, decidimos hacer una pista de unos 12 km, que viene en el mapa algo después de Azrou, de entrenamiento.

Subimos el puerto desde Azrou, y como habiamos visto ya de lejos, comprobamos que cada vez hay mas nieve entre los cedros.



Tras un rato de subida llegamos a una especie de meseta que estaba completamente nevada, donde ya no pude contenerme mas y saque la cámara, por primera vez desde Tánger, ya que por no parar había dejado escapar muchas fotos ya.

Localizamos el comienzo de la pista. No ofrecía dudas de que era alli. Yo la había imaginado de subida, pero era totalmente llana y estaba cubierta de nieve, sobre tierra con piedras y barro deslizante en algunas zonas. Ninguno esperábamos ni remotamente circular sobre nieve pero allí estaba la pista y había que probar. Tras hacer menos de un kilómetro paramos para tirar unas fotos y ver si seguíamos.

Yo me incliné por dar la vuelta, ya que la pista estaba complicada y el plan era no meterse en berenjenales, pero Joaquín dijo que la pista bajo la nieve estaba perfectamente, que le diéramos un par de kilómetros y si quería dábamos la vuelta. Paco, como haría en todo el viaje, dijo que adelante. Así que continuamos dándole. Pasamos a dos chavales de veinte años franceses, en bici pedaleando en chancletas. No entendían mucho mi francés, pero ellos mismos con gestos nos explicaron que estaban locos. Como cabras, sin duda lo confirmo.

Íbamos avanzando con precaución en las zonas de barro, con dificultades sobre todo yo, con ruedas mixtas. A los ocho Km. Mas o menos, entro en una zona con una capa de tres cm. de lodo sobre un lecho firme que no se hundía, y al ver una gran charca delante decido parar. Paco para detrás. Nos giramos y vemos a Joaquín en el suelo. Intento dar la vuelta con cuidado para ir hacia Joaquín, pero aquello desliza un montón y se me cae la moto. Tras levantar las motos, sin daños apenas, vemos que hay un tramo de pista mas firme unos metros a la derecha. Paco, que demuestra desde el principio muy buenas aptitudes camperas, cruza por el camino mas corto, mientras yo, con opto por seguir un tramo por fuera de la pista tras reconocer el terreno a pie, ya que por ahí patinaba menos.


Joakin mira mis ruedas, mixtas de tacos, completamente cubiertas por un pegote de barro y me dice: “esto va a ser ostia sobre ostia”. Por lo que intento soltar algo de barro de las mismas en las piedras y derrapando un poco.

Mirando el mapa, decidimos seguir, ya que dar la vuelta eran 8 Km., y teóricamente, solo teóricamente, quedaban unos 4km hasta el asfalto, y al fondo se veía una caseta con unos árboles donde podía estar ya. Vemos una pista menos pisada en mejor estado, pero decidimos seguir la principal, aunque gran parte del trazado lo hacemos por fuera de ella, por el campo, con cuidado de evitar los pedruscos y las zonas embarradas.

El camino entra en una zona de árboles, en ligera subida, y cada vez está más nevado. Pasan los kilómetros y no acaba de aparecer la carretera. Tenemos las botas empapadas, y yo los dedos de los pies congelados. Nos estamos pegando una paliza, ya que cansa mucho la conducción sobre nieve y hay que apoyar los pies a menudo. Empiezo a pensar en el frio que puede hacer ahí de noche, y que si nos quedamos atascados habría que seguir a pata, como fuese dejando ahí las motos. Rezo para que no aparezca un cedro tumbado cortando el paso o que la pendiente aumente mucho, impidiéndonos seguir. En un punto hay dos caminos posibles y elegimos la izquierda por intuición. Tras unas dos horas, vemos una Pickup, que debe ser de un pastor. Deducimos que evidentemente no ha venido por donde nosotros sino por el otro lado, que tiene que ser mas fácil, por lo que proseguimos, y por fin, unos Km. mas allá llegamos al asfalto. El sol está a punto de esconderse. Utilizando el GPS, a partir de las posiciones de Azrou y Midelt que tengo memorizadas, determino nuestra posición en el mapa, que extiendo sobre la carretera, y vemos la forma de salir más rápida. El momento es de cansancio pero de gran satisfacción por haber salido. Bebemos algo, nos abrigamos y seguimos ruta por una carretera estrecha con gravilla, que recorre la planicie. A un lado vemos una fantástica imagen del sol poniéndose entre los cedros, y al otro la luna llena sobre una loma repleta de cedros. No hay tiempo para fotos. Admirando el paisaje solitario avanzamos. Comienza a hacer frío. La carretera entra en una zona de curvas, y mientras voy al frente del trío, pensando en mis cosas, entro en una curva nevada por completo, y... no se como consigo mantener el equilibrio. Uf..!

La noche cae y el frío aumenta. Seguimos por estos parajes nevados iluminados por la luna llena. Ya en la carretera principal, comprobamos que hay un puerto lleno de curvas que alcanza los 2200m, que hacemos a buen ritmo, con nieve a ambos lados de la carretera. A unos 70km de Midelt paramos en un bar para tomar un te y entrar el calor. Se ríen bastante de vernos entrar muertos de frío, y nos encienden una estufa de leña. Aunque no es muy correcto, me descalzo y caliento mis pies en la chimenea. Ya con mejor animo, tiramos hasta Midelt. En Midelt todo el pueblo debe cobrar comisión por llevarte a algún hotel, tras escapar de varios que nos querían llevar a otros hoteles, un chaval nos guió a la carrera hasta el Hotel Atlas. Guardamos las motos en un pequeño garaje de una casa mientras en la habitación de al lado cantaban cánticos religiosos, aquello resultaba algo surrealista.

El hotel, tranquilo y limpio, para ducharse había que subir tres plantas. Llenamos por completo la minúscula habitación con nuestros equipos. Cenamos casi al lado, muy bien. Hablamos un buen rato con el dueño del restaurante, que nos dijo que había caído una nevada grande hacia pocos días y que la pista a Imilchil iba a estar muy mojada por el deshielo. Por ello como plan alternativo, pensamos en ir a Imilchil por asfalto a través de Rich, y no hacer la pista prevista, ya que 140 Km. de pista embarrada con pasos peligrosos no entraba en nuestros planes, y menos después de la toma de contacto de hacia unas horas en Azrou. El dueño del hotel, algo pesado trataba de liarnos para que compráramos cosas con los trucos típicos “tu parecer berebere” “bereber y español:hermanos”, “tenemos una asociación…” y se ofreció a guiarnos diciendo que la pista estaba bien, pero no nos ofreció ninguna confianza. Le explicamos que estábamos demasiado cansados para seguirle el rollo y nos fuimos a la cama.

No hay comentarios: