jueves, 12 de abril de 2007

Tanger - Tafraut en moto trail, Abril 2007

niña bereber, en imilchil

"Espero que os guste el blog. Dejad algun comentario, eh? ;-)"




links:

http://www.horizonsunlimited.com pagina de relatos de viajeros en moto
http://www.motostrail.com
http://www.flickr.com/photos/ovidius2 fotos mias del viaje
http://www.flickr.com/photos/ovi, fotos mias de la india


joakin y paco
Introduccion:

A principios de Marzo pasado me decido a hacer este viaje a marruecos en moto. Habia estado el año pasado con un grupo de casi 20 motos, recorriendo el marruecos por asfalto, aunque yo me escape a hacer pistas un par de dias, (saludos a los del motoclub almería!), un gran viaje, para mi en especial ya que acababa de sacar el carnet y comprar la moto. Ahora mi idea era ir en un grupo pequeño, con mas libertad, recorriendo pistas y zonas mas apartadas del recorrido turistico masivo.

Entro en contacto con Eugenio, de Murcia, que aunque no pudo venir me dio buenos consejos, y empiezo a recopilar información (especialmente utiles los post del komando cuenca en motostrail, y varias webs de 4x4 francesas). Hablo con Joaquin, que habia venido el año pasado con su bmw 1200gs y se apunta. El plan de ir sin maletas, solo con una mochila a lo banzai, y sin reservar hoteles, no es “exactamente” lo que tenia pensado pero se adapatará. Tambien se une al grupo Paco, de Granada con otra f650gs como la mia, su primera salida al extranjero, solo un año con la moto pero muchos kilómetros y como los demas muchas ganas. Ambos demostraron ser unos magnificos compañeros de viaje.

Finalmente decidimos reservar hoteles los primeros dias, por ser Semana Santa. Compro un gps el fin de semana anterior a salir y consigo cargar algunos tracks (gracias rotondas!). Reservamos el ferry de Tarifa a Tánger el viernes a las 19:00 h. Joaquin vendria por Algeciras al no tener plaza.

este soy yo ;-) ovidio

dia 1: Tarifa - Tanger - Larache

El jueves, salgo de Coruña a la una. Un poco de lluvia y bastante frío. A los diez minutos de viaje se me suelta un tornillo del soporte del gps en la autopista. El viaje sigue sin incidencias salvo que me llaman para decirme que se anulo el ferry de las 19:00, y tras hablar con Paco, cambio el viaje para el de las 17:00. Llego a las diez de la noche a Badajoz, machacaito, donde me espera mi hermano. Aparco la moto y ya tengo una caña y una racion de jamon iberico delante.. que rico! Ivan, Samuel y Luis llevaban ya varias cañas esperandome, un lujo de tios.

El viernes desayuno tostadas con tomate aceite y jamon con los amigos de mi hermano (tienen un cachondeo continuo estos pacenses ). De camino paro en una ferretería, a una hora de Badajoz, para comprar unos tornillos para el soporte del gps. El dueño, enrolladisimo, me acaba montando el soporte y no me cobra nada. Da gusto gente así. Le compro un pulpo, ya que uno de los que traia, algo viejo ya se habia roto (fallo garrafal por mi parte).

Llego poco antes de las cuatro a Tarifa, y al poco llega Paco. Tomamos una tapa y embarcamos. En un cuarto de hora estamos sentados en el Ferry... ;-)

Pasamos la frontera sin complicaciones y rapido, bueno, a mi me pidieron el pasaporte tres veces, y tras sacar dirhams en el cajero, nos tomamos un té a la menta en una terraza mientras esperamos a Joaquin en la puerta de salida del puerto, y asi Paco se va aclimatando ya que es su primera vez en marruecos mientras vemos el atardecer en Tánger.

Llega Joaquin. Tras los saludos, nos dice que ha venido de Madrid de una sentada, y tiramos para Larache. Una hora de autopista nocturna, nos llevan a esta ciudad, donde fácilmente encontramos el Hotel España. Son muy amables en recepcion, nos indican donde hay un parking para las motos, y antes descargamos las bolsas en una habitación con un balcon a la plaza digno de celebrar un titulo de liga ;-).

En la cena, estamos solos en el Restaurant Larache, es muy sencillo y se respira calma total. Sacamos el mapa y estudiamos la ruta prevista, que con las prisas aun no habia explicado a mis compañeros. Mientras comemos el camarero, un tipo humilde y apacible, nos observa por si necesitamos algo. El sentimiento aquí o en el hotel es de haber retrocedido 30 años en el tiempo.

dia 2: Larache- Moulay idriss - Azrou - Midelt

Al dia siguiente madrugamos, 7:00 Am hora local, y desayunamos muy bien al lado del hotel. En frente un hombre habla solo y gesticula compulsivamente. Luego aparece una mujer, de pelo rojizo y vestido estrafalario tambien desequilibrada. Parece que los locos madrugan aqui. Por lo demas se sigue respirando la calma normal de este bonito pueblo. Recogemos las motos, cargamos y tomamos rumbo a Midelt.


La carretera via Souk el Arba, tiene poco trafico y rodamos a buen ritmo, aunque todavía adaptandonos. Los campos cultivados estan verdes, y a los margenes de la carretera se suceden infinidad de personas y escenas cotidianas, con lo que la conducción es entretenida. Cerca de Souk el Arba, hay unos carriles de tierra paralelos a la carretera por donde circulan esos carros tirados por caballos con ruedas de auto, en los que van montados familias enteras y es muy curioso verlas pasar.

Al llegar a Sidi Kacem, veo una pista de tierra rojiza que sube a una loma haciendo eses, y dado que vamos bien de tiempo planteo que intentemos llegar a ella. A Paco y Joaquin les parece buena idea, para ir tomando contacto con las pistas y ver si va todo bien amarrado. La encontramos sin dificultad y subimos por ella; la sensación de libertad es fantastica . Desde lo alto se contempla una gran llanura, y nos detenemos para sacar las primeras fotos. Seguimos. Mi intencion era seguir por pistas en direccion suroeste pero la pista se acaba y aparecen muchos caminos estrechos, que voy tomando hasta que nos vemos en medio de una aldea en el alto, rodeados de cabras y niños, bastante sorprendidos estos ultimos por que no debia haber subido hasta alli un vehiculo a motor en mucho tiempo. Sientes que estas violando un poco su intimidad y al mismo tiempo te parece fantastico llegar a ver sitios a los que no podrias llegar mas que andando o en moto. Como no podemos seguir en la direccion deseada retornamos al punto de partida a traves de varios caminos, con alguna bajada bastante pronunciada donde puedo comprobar que mis mixtos de tacos van bien, y que los tres nos movemos bien en este terreno. Joaquin y Paco, aprietan los amarres de sus bolsas a las motos.

Continuamos en direccion a Volúbilis, las ruinas romanas cerca de Meknes. No veo ningun indicador pero compruebo que las estamos dejando a la derecha, por lo que pregunto y tras una parada técnica, tomamos una carretera estrecha en subida, de curvas con gravilla, muy divertida. En Volúbilis, con varios autobuses de turistas, decidimos no parar, y continuamos ruta por la carretera que lleva a Moulay-Idriss. Vamos a subir hacia el pueblo y tratar de comer. Un carretera muy empinada de curvas cerradas nos lleva al pueblo, que tiene magnificas vistas desde lo alto al valle y esta en día de mercado totalmente abarrotado. Acabamos circulando por una calle llena de gente. Joaquin desaparece, tras buscarle un rato, le encuentro y me explica que le parece excesivo meterse con la moto en calles tan abarrotadas. Tomamos un te en una terraza mas tranquila. Que bien se esta a la sombra en Marruecos cuando el sol del mediodia aprieta. Decidimos comer en una de las calles pricipales, en uno de esos locales abiertos donde le compras la carne al carnicero y te la cocinan. Unas brochetas de carne picada de buey y ensalada. Rico, facil y rapido.

Seguimos viaje. Cruzamos Meknes, una pena pero no podiamos parar, y paramos en Azrou a poner gasolina, serian las 18:30 en España. Antes asistimos a cierta distancia a un intento de adelantamiento en subida con un coche que no dá más, bloqueando el tercer carril diez minutos, mientras los de detrás intentan colarse por cualquier hueco e intercambian posiciones. Como vamos bien de tiempo, decidimos hacer una pista de unos 12 km, que viene en el mapa algo después de Azrou, de entrenamiento.

Subimos el puerto desde Azrou, y como habiamos visto ya de lejos, comprobamos que cada vez hay mas nieve entre los cedros.



Tras un rato de subida llegamos a una especie de meseta que estaba completamente nevada, donde ya no pude contenerme mas y saque la cámara, por primera vez desde Tánger, ya que por no parar había dejado escapar muchas fotos ya.

Localizamos el comienzo de la pista. No ofrecía dudas de que era alli. Yo la había imaginado de subida, pero era totalmente llana y estaba cubierta de nieve, sobre tierra con piedras y barro deslizante en algunas zonas. Ninguno esperábamos ni remotamente circular sobre nieve pero allí estaba la pista y había que probar. Tras hacer menos de un kilómetro paramos para tirar unas fotos y ver si seguíamos.

Yo me incliné por dar la vuelta, ya que la pista estaba complicada y el plan era no meterse en berenjenales, pero Joaquín dijo que la pista bajo la nieve estaba perfectamente, que le diéramos un par de kilómetros y si quería dábamos la vuelta. Paco, como haría en todo el viaje, dijo que adelante. Así que continuamos dándole. Pasamos a dos chavales de veinte años franceses, en bici pedaleando en chancletas. No entendían mucho mi francés, pero ellos mismos con gestos nos explicaron que estaban locos. Como cabras, sin duda lo confirmo.

Íbamos avanzando con precaución en las zonas de barro, con dificultades sobre todo yo, con ruedas mixtas. A los ocho Km. Mas o menos, entro en una zona con una capa de tres cm. de lodo sobre un lecho firme que no se hundía, y al ver una gran charca delante decido parar. Paco para detrás. Nos giramos y vemos a Joaquín en el suelo. Intento dar la vuelta con cuidado para ir hacia Joaquín, pero aquello desliza un montón y se me cae la moto. Tras levantar las motos, sin daños apenas, vemos que hay un tramo de pista mas firme unos metros a la derecha. Paco, que demuestra desde el principio muy buenas aptitudes camperas, cruza por el camino mas corto, mientras yo, con opto por seguir un tramo por fuera de la pista tras reconocer el terreno a pie, ya que por ahí patinaba menos.


Joakin mira mis ruedas, mixtas de tacos, completamente cubiertas por un pegote de barro y me dice: “esto va a ser ostia sobre ostia”. Por lo que intento soltar algo de barro de las mismas en las piedras y derrapando un poco.

Mirando el mapa, decidimos seguir, ya que dar la vuelta eran 8 Km., y teóricamente, solo teóricamente, quedaban unos 4km hasta el asfalto, y al fondo se veía una caseta con unos árboles donde podía estar ya. Vemos una pista menos pisada en mejor estado, pero decidimos seguir la principal, aunque gran parte del trazado lo hacemos por fuera de ella, por el campo, con cuidado de evitar los pedruscos y las zonas embarradas.

El camino entra en una zona de árboles, en ligera subida, y cada vez está más nevado. Pasan los kilómetros y no acaba de aparecer la carretera. Tenemos las botas empapadas, y yo los dedos de los pies congelados. Nos estamos pegando una paliza, ya que cansa mucho la conducción sobre nieve y hay que apoyar los pies a menudo. Empiezo a pensar en el frio que puede hacer ahí de noche, y que si nos quedamos atascados habría que seguir a pata, como fuese dejando ahí las motos. Rezo para que no aparezca un cedro tumbado cortando el paso o que la pendiente aumente mucho, impidiéndonos seguir. En un punto hay dos caminos posibles y elegimos la izquierda por intuición. Tras unas dos horas, vemos una Pickup, que debe ser de un pastor. Deducimos que evidentemente no ha venido por donde nosotros sino por el otro lado, que tiene que ser mas fácil, por lo que proseguimos, y por fin, unos Km. mas allá llegamos al asfalto. El sol está a punto de esconderse. Utilizando el GPS, a partir de las posiciones de Azrou y Midelt que tengo memorizadas, determino nuestra posición en el mapa, que extiendo sobre la carretera, y vemos la forma de salir más rápida. El momento es de cansancio pero de gran satisfacción por haber salido. Bebemos algo, nos abrigamos y seguimos ruta por una carretera estrecha con gravilla, que recorre la planicie. A un lado vemos una fantástica imagen del sol poniéndose entre los cedros, y al otro la luna llena sobre una loma repleta de cedros. No hay tiempo para fotos. Admirando el paisaje solitario avanzamos. Comienza a hacer frío. La carretera entra en una zona de curvas, y mientras voy al frente del trío, pensando en mis cosas, entro en una curva nevada por completo, y... no se como consigo mantener el equilibrio. Uf..!

La noche cae y el frío aumenta. Seguimos por estos parajes nevados iluminados por la luna llena. Ya en la carretera principal, comprobamos que hay un puerto lleno de curvas que alcanza los 2200m, que hacemos a buen ritmo, con nieve a ambos lados de la carretera. A unos 70km de Midelt paramos en un bar para tomar un te y entrar el calor. Se ríen bastante de vernos entrar muertos de frío, y nos encienden una estufa de leña. Aunque no es muy correcto, me descalzo y caliento mis pies en la chimenea. Ya con mejor animo, tiramos hasta Midelt. En Midelt todo el pueblo debe cobrar comisión por llevarte a algún hotel, tras escapar de varios que nos querían llevar a otros hoteles, un chaval nos guió a la carrera hasta el Hotel Atlas. Guardamos las motos en un pequeño garaje de una casa mientras en la habitación de al lado cantaban cánticos religiosos, aquello resultaba algo surrealista.

El hotel, tranquilo y limpio, para ducharse había que subir tres plantas. Llenamos por completo la minúscula habitación con nuestros equipos. Cenamos casi al lado, muy bien. Hablamos un buen rato con el dueño del restaurante, que nos dijo que había caído una nevada grande hacia pocos días y que la pista a Imilchil iba a estar muy mojada por el deshielo. Por ello como plan alternativo, pensamos en ir a Imilchil por asfalto a través de Rich, y no hacer la pista prevista, ya que 140 Km. de pista embarrada con pasos peligrosos no entraba en nuestros planes, y menos después de la toma de contacto de hacia unas horas en Azrou. El dueño del hotel, algo pesado trataba de liarnos para que compráramos cosas con los trucos típicos “tu parecer berebere” “bereber y español:hermanos”, “tenemos una asociación…” y se ofreció a guiarnos diciendo que la pista estaba bien, pero no nos ofreció ninguna confianza. Le explicamos que estábamos demasiado cansados para seguirle el rollo y nos fuimos a la cama.

dia 3: Midelt - Tounfite - Imilchil
















Nos levantamos temprano, hace un dia esplendido. Joaquin propone salir hacia Rich directamente, pero sugiero que antes vayamos a ver donde comienza la pista de Imilchil al menos. La pista esta en perfecto estado, y las vistas de los montes nevados a la izquierda son fantasticas. Creemos que casi seguro a 20 o 25 km la pista se volvera impracticable, pero decidimos tirar hasta que esto suceda y luego dar la vuelta. Paco, providencial, dice que retrocedamos a echar gasolina, seria perder una media hora pero en caso de estar bien la pista podriamos seguir adelante. Así lo hacemos. La bonita pista no ofrece dificultad en este primer tramo. No hay nadie. Solo un grupo de 4x4 español nos pasa en una parada para cambiar las pilas del gps.

Tras unos 20 km. por esta pista llegamos al Circo del Jaffar.





Las vistas son impresionantes, y los precipicios tambien. Hay una zona de menos de 1 km, muy estrecha con el piso de piedras y caida casi vertical, donde estaban pasando lentamente varios todoterrenos (parece imposible que pasen por ahí), aprovechamos para preguntarles sobre el estado de la pista. Mariano, de Navarra, creo que de ocioaventura, nos indicó que podiamos hacer la ruta sin problemas y que desde tounfite (a unos 50 km) podiamos seguir por carretera.) Seguimos avanzando con la unica incidencia de que el gps se salto un punto de track, con lo que indicaba que retrocedieramos. Fuimos un rato sin track, siguiendo las indicaciones de Mariano. Habia leido el dia antes de salir en un foro que habia que convertir el track a ruta y entonces el gps indicaria correctamente el punto siguiente. Probé a hacerlo (no lo habia hecho nunca) y afortunadamente funcionó y pudimos seguir la ruta por el gps.













Tomamos el desvío a Tounfite, a la izqda hacia arriba en una curva a dchas. Por el camino ibamos encontrando pastores, niños, y todos nos hacian indicaciones de que parasemos. Atravesamos varios pueblos donde los niños se nos echaban encima, tratando de guiarnos y pidiendo un stylo (boli) un bonbon o un dirham. En alguno de ellos perdemos la ruta buena, pero la recuperamos rapido gracias al gps. En uno de estos pueblos donde los niños parecian estar mas tranquilos paramos a sacar unas fotos. Los niños no tienen colegio al ser domingo. Se acercan varios mayores a pedir tabaco.










Llega el asfalto, que nos lleva a un cruce donde podemos ir a Tounfite o seguir en direccion opuesta siguiendo la ruta del gps. Decidimos ir a Tounfite a comer, ya que probablemente sea la unica oportunidad de comer algo antes de imilchil, que esta aun a unos 100 km.

Tras atravesar el pueblo encontramos el unico restaurante-hotel, donde tomamos doble racion de tortilla y pan con una especie de mortadela picante.









Es un pueblo de alta montaña que me recuerda mucho a los pueblos de cachemira en las estribaciones del himalaya. Las caras de la gente, sus pieles morenas curtidas por el viento y el sol y su mirada profunda, tienen mucho en comun con cualquier pueblo de alta montaña sea de Perú o de la India.



Con nuevas fuerzas, retomamos la ruta del gps pensando que solo nos quedaba asfalto. Las nubes oscuras anunciaban tormenta o al menos lluvia. Tras unos Km de carretera rota llegamos a un pueblo donde saco unas fotos a unos señores mayores sentados sobre unos troncos con los que charlamos un rato. Nos dicen que el camino a Imilchil es bueno pero hay que tomar la pista al comienzo del pueblo, y son unos 80 km. Comenzamos la pista con unos vadeos largos y poco profundos. Comienza a llover suavemente. La pista discurre serpenteando alrededor de un río con lecho de piedras redondeadas, no muy grandes, que vadeamos una y otra vez. Llevamos creo que mas de una hora vadeando el río continuamente, ya que la pista se corta y continua por caminos alternativos a traves del río a cada paso. Los vadeos no son complicados aunque en algunos hay que poner algun pie a tierra o dar gas con ganas para salir. Calculo que unas 50 veces cruzamos el rio. Ya estabamos cansados de vadear el río cuando la pista se corta y comienza un tramo largo a traves del lecho del rio. Paco ve la posibilidad de recuperar la pista, lo que nos confirma un pastor, y retrocedemos para retomar la pista y ahorrarnos circular por el rio un buen trecho.





Una vez nos libramos del río, que en ultimo tramo llevaba un agua de color rosa, por lo rojizo de la tierra, pasamos un pueblo donde los niños nos piden zapatos mostrando sus pies descalzos, y una niña de unos 10 años pícara, hace amago continuamete de robarnos algo de nuestros fardos. Los niños juegan a acercarse y cuando haces un gesto salir corriendo.









Seguimos adelante y vemos con asombro que se pone a nevar. Son copos finos del tamaño de un grano de arroz. La pista, de tierra marron, se va llenando de puntitos blacos y a medida que sube nos va descubriendo la vista espectacular de las montañas con una fina capa de nieve, que va aumentando en espesor a medida que subimos. Hace frio y pienso que seria una p… pinchar en este momento. Subimos el puerto. El gps marca 2678m. La bajada es mas pedregosa. Vemos a dos personas con sus capas con capucha calentandose en un fuego y pensomos lo dura que es la vida en algunos sitios. A medida que bajamos el tiempo mejora y encontramos algunos pastores. Sentimos que Imilchil debe estar cerca, y vemos alguna aldea desde lo alto.

En estas aldeas los niños salen en masa a nuestro paso y estan como poseidos. El maquillaje que llevan y sus ropas de colores hacen que me atreva a parar y consigo robarles un par de fotos mientras capeo el temporal.













Llego a un punto donde un monton de chavales me tapan el camino bueno, al no encontrarlo me paro y vienen todos hacia mi para intentar desviarme, y entonces dejan ver el camino. Lo habran hecho cientos de veces.

Ya es casi de noche, y avanzamos de pie en la moto, cansados pero contentos y a buen ritmo. Llegamos por fin al Hotel Izlane donde al momento nos sirven un te de bienvenida junto a la estufa de leña donde nos calentamos. Somos los unicos huespedes, con excepcion de Eugenio de Murcia y sus amigos que han venido en 4x4.

dia 4: Imilchil - Tslit - Agoudal - Todra -Tinerhir- Dades - Djebel Sahro - Nkob


Si el día anterior habia sido excepcional, este no lo sería menos descubriendonos maravillas como los lagos Tslit e Isli, las gargantas del Todra y el impresionante Djebel Sahro.


El dia amanece claro y despejado. Bajo a desayunar y veo a Joaquin que ha puesto su moto al sol ya que no arranca. La mia tampoco y hago lo propio. Después de desayunar, nos despedimos de Eugenio y sus amigos, y tras empujar mi moto por las callejuelas de barro de Imilchil para arrancarla nos encaminamos al Lago.



Llegamos al lago. El paisaje es fantastico con las montañas nevadas reflejadas en él. Hubiera sido perfecto para las fotos de no ser por una ligera brisa que impedia un reflejo nitido. Veo que hay una pequeña pista que parece rodear el lago, que no dudo en que la voy a explorar ni un instante. Vamos al albergue del lago. Alli Joaquin decide quedarse para ahorrar combustible mientras Paco y yo recorremos la pista del lago, debido a que es muy probable que no nos llegue la gasolina hasta la proxima estación en Tinerhir, especialmente a Paco y a Joaquin.

Paco y yo tomamos la pista que bordea el lago. Al llegar a la mitad del perímetro del lago hay una desviación que tomamos y nos abre paso a una planicie entre dos hileras de montañas nevadas de formas preciosas. Veo a lo lejos a alguien montando un burro, y tengo la sensación de estar en Mongolia u otro enclave del asia central.

La pista es de tierra marron oscuro y a los bordes la nieve cubre intermitentemente el terreno dejando pequeños claros. A medida que avanzamos la perspectiva de las montañas cambia, el paisaje nos seduce cada vez mas y tenemos la sensación de estar en un lugar especial. Seguimos avanzando, a pesar de que no queremos hacer esperar a Joaquin y que nos damos cuenta de que la gasolina no nos va a llegar. Llegado a un punto, Paco me dice que nos volvamos. Le digo que le demos solo un poco mas, hasta una pequeña elevación que se distingue. Al llegar alli, aparece ante nosotros el fantástico lago, con el fondo de las montañas nevadas, absolutamente sensacional.





















Nos detenemos a contemplar el lugar y sacar algunas fotos. Pienso que el lugar majestuoso y solitario es como un secreto ideal para compartir con alguien especial, y que no tardaré en volver, aunque se que si vuelvo su imagen sera diferente, probablemente sin nieve.

Paco me dice que se le ha encendido la reserva. Le digo que creo que es casi imposible que llegue a la gasolinera, aunque no nos preocupa en exceso ya que si nos quedamos sin gasolina será cerca de la estacion de servicio. Regresamos contemplando por ultima vez la belleza del lugar.

De regreso en el albergue del lago, tomamos un té y me doy cuenta de que con la pista del lago se me fue la cabeza y que llevamos mucho retraso. Son ya las doce (las dos en España) y nos espera una larga bajada por pistas principalmente a Tinerhir y luego el Djebel Sahro, y probablemente alguno se quede sin gasolina, por lo que explico la situación a mis compis e intento que nos apuremos.

Al poco de dejar Imilchil, el asfalto termina, y avanzamos a ritmo rápido por una pista sin asfaltar pero transitable por todo tipo de vehiculos. El mayor peligro son las roderas en algunas zonas que nos dan algun susto. Pasado Agoudal, subiendo hasta el inicio de las gargantas del Todra vamos realmente rápido, por una pista lisa de tierra con tramos de piedra intercalados y algun vadeo, donde incluso tomamos alguna curva cruzando un poco la moto.



















Llegamos a un alto donde el paisaje cambia radicalmente, la tierra es mas rojiza, y nos quedamos admirados por la vision del valle del Todra. Bajamos durante unos quilometros hasta llegar al asfalto. A partir de ahí vamos bastante despacio (para mi desesperación ;-) pensando en lo que nos quedaba) tratando de estirar la gasolina al máximo. Pasamos varios pueblos de construcciones de adobe rojizo que contrastan con el verde intenso de los cultivos del valle, y vamos entrando en la zona del norte de las espectaculares gargantas del Todra. Al llegar al meollo de las mismas vemos las hordas de turistas y autobuses, y me entran ganas de salir pitando. Paso por delante de un hotel en las mismas gargantas, en la terraza del cual pase la noche hace años en mi primera visita a Marruecos, en un caluroso mes de Julio hace seis o siete años. Un bonito recuerdo. Acostado, mirabas hacia arriba y veias las impresionantes paredes de las gargantas a los lados y el cielo completamente estrellado en el centro.


Tras parar al lado de un jardin, donde vemos unos escaladores alla arriba y nos llama la atención lo transparente del agua del río, seguimos viaje hasta Tinerhir, recorriendo la carretera con vistas al enorme y frondoso palmeral.

Llegamos a Tinerhir. Reconozco que no apostaba por que nos llegara la gasolina a todos, especialmente a Paco, que ha hecho milagros con sus ultimos litros de gasolina. Damos de beber a nuestras monturas, completamente secas (a Paco le queda poco mas de medio litro en el depósito, y Joaquin y yo tenemos algo mas). Sacamos la foto, sacamos pasta y comemos en una terraza, en el centro del pueblo, unos pinchos morunos.

Vamos retrasados y la segunda parte de la ruta corre peligro. Nos quedan cuatro o cinco horas de luz, y tenemos que hacer unos 60 km a Dades (menos de una hora) y sobre 100 km (no recuerdo exactamente) por la pista de Dades a Nkob, atravesando el Djebel Sahro. Nos han dicho que la pista tiene una bajada complicada y peligrosa, y no tenemos una idea de cuanto nos puede llevar, si 3 horas o seis. Llevamos dos dias de dos, llegando de noche y estamos de acuerdo en que no podemos seguir tentando a la suerte. Joaquin intenta llamar para informarse del estado de la pista, yo intento preguntar tambien, y les explico que este tramo quiza sea el mas bonito y de no realizarlo ese mismo dia deberiamos retrasar todo un dia y anular las reservas para hacerlo. Estudiamos distintas rutas alternativas, casi resignados a no hacer la ruta hoy. A traves del dueño del restaurante un señor, de la tienda de fosiles de al lado, dice conocer la ruta y que se hace en dos horas. Eso nos parece imposible, pero nos anima y decidimos que vamos a ir hacia el Sahro y una vez alli veremos si seguimos o nos quedamos. Los del restaurante se portan acelerando la comida y devoramos “al trago” en tiempo record los sabrosos pinchos.



















La carretera hacia Bouelmane – Dades es recta y desde ella vemos a la izquierda, precedido de una llanura de unos 15 km el mazizo del Djebel Sahro. Cerca de Bouelmane localizo el desvío, aunque me lo paso un par de kmpara estar seguro de que es y comenzar el track del gps desde el principio. Son las cinco de la tarde (7 en España). Una carretera estrecha y llana nos lleva directamente a las montañas. Se convierte en una pista de tierra con arenilla, donde Joaquin y Paco van realmente rápido, yo con mixtas voy rapido pero no les aguanto el ritmo. El paisaje es bonito y llama la atención el color naranja vivo de la tierra, intensificado por el sol de la tarde.



















Veo por el Gps que nos hemos desviado del track. La pista mejor debe seguir al pueblo. Retrocedemos unos metros y tomamos una pista en direccion a los picos, que va emperorando aunque no presenta dificultades. El sol esta ya muy bajo y nos da de frente.

Al llegar arriba, circulamos un tramo por la cresta de las montañas admirando las vistas. Cerca de el café situado en el punto mas alto nos cruzamos con una pareja muy simpatica de un frances y una española con un peque el la parte de atrás del todoterreno, con los que intercambiamos información sobre la ruta. Nos dicen que nos quedan 38 km, los 15 siguientes de bajada muy dura, hasta Nkob. Debian de ser las 6. Queda poco mas de una hora de sol.



Paramos a admirar la vista del Djebel Sahro al atardecer, realmente única (las fotos os daran una idea aunque no es lo mismo), sus formas espectaculares y los colores donde inesperadamente el verde esta presente.













Somos conscientes de que es demasiado tarde para acabar la pista de día. Hablamos sobre seguir o dar la vuelta. Paco lo tiene claro, adelante como siempre. Joaquin acepta seguir (pocos tios con motos como la suya se atreven a meterla por ahí). Con lo cual seguimos sin perdida de tiempo. La bajada es pronunciada y con precipicios, pero no tiene pasos muy dificiles. La abordamos despacio. Paco y Joaquin se paran porque el mono de agua de éste se ha enganchado en la rueda. Yo no me entaro, les voy esperando y aprovecho para sacar fotos. Las vistas siguen siendo irreales por lo fantasticas a medida que bajamos y la luz se apaga. Vemos algun pastor en las rocas y a un par de dromedarios.

Ya es de noche cerrada, al menos yo es la primera vez que conduzco de noche por una pista, sin gps no seriamos capaces de orientarnos de noche. La temperatura es ideal, como en verano, ya hemos dejado atras el frio del Atlas. En una curva de casi 360º que bordea la ladera, el GPS nos indica la direccion opuesta. Aunque creo que vamos bien retrocedo para estar seguro. Paramos a sacar una fotos, exhaustos pero de buen humor. Estamos algo chalados. Paco me recuerda que cuando le explique el plan de viaje le dije que a las cinco de la tarde en el hotel todos los dias, y nada de conducir de noche. Eso creia yo. En el tiempo que paramos una mujer joven llega a nosotros jadeando, desde unas casas bastante mas abajo. Nos ofrece dormir en su casa, declinamos y nos indica el camino. Le damos una propina y seguimos. Ya queda poco. La pista es más arenosa y vamos mas rapido. Antes de llegar perdemos el track pero seguimos a ojo, viendo las luces de las casas y finalmente la carretera, a la que accedemos por un camino estrecho.


Estamos en Nkob. Explico a Paco y Joakin que el Hotel está un poco mas lejos. Paramos a tomar un té, con un guia de montaña. Solo nos acercamos al local y ya sacan una mesa a la terraza para ponernos comodos. Nos relajamos un rato y continuamos al Hotel, riad du sud, una kasbah en un oasis, donde resultamos ser los unicos huespedes. El sitio es muy chulo. Cenamos (regular) y a la cama. El dia ha sido completo.

dia 5: Tanhasste - Nkob - Zagora - Mhamid


Por el valle del Draa, una pista paralela a la carretera zagora -agdz recorre el palmeral

Dia 5

Nos levantamos con la luz de la mañana que entra a traves de las diminutas ventanas de nuestra bonita habitación en la torre de la kasbah, de paredes de adobe y paja sorprendentemente gruesas. De nuevo el dia amanece perfecto. Salgo a la terraza de este pequeño palacio de barro y veo entre las palmeras del oasis los campos verdes de trigo. Es una delicia la temperatura y el frescor del aire a esta hora.

Salimos por una corta pista arenosa que atraviesa el oasis y ponemos rumbo a Zagora, recorriendo en sentido inverso el tramo desde Nkob que hicimos ayer de noche. La carretera es recta y algo monotona, pero el paseo en moto es un placer, a ritmo relajado, con el aire fresco, bajo un sol que todavía no castiga, con el gustillo interno de haber descansado bien tras una etapa excepcional el dia anterior y con la ilusion de recorrer la siguiente pista por el palmeral del valle del Draa hasta Zagora.

Por el camino, en plena carretera encontramos durante un par de kilómetros muchas piedras enormes, de tamaño parecido a una calabaza muchas y otras mayores. No nos explicamos que hacen alli, quiza algun camion perdio su carga. Nos alegramos de no habernoslas encontrado de noche.

Tras repostar, comprar agua y charlar con los niños que se acercan en la gasolinera, que dicen que estan de vacaciones por el Ramadan (dudo que sea verdad), seguimos y encontramos fácilmente el comienzo de la pista, donde paramos. Aparece un alemán en bici con alforjas, delgado y de pelo blanco, es difícil decir su edad, 50 años quiza. Se para a hablarnos en español. Nos cuenta que ha estado en Marruecos varias veces, y hoy va al Djebel Sahro, que nosotros pasamos ayer, aunque se quedara en el refugio de abajo, sin subirlo. Sopla una ligera brisa justo en la direccion opuesta a la que va, que tendrá que soportar posiblemente casi todo el día. Nos quedamos admirados de su serenidad. Se despide y emprende lento su lucha estoica con el viento que le frena.

Son las 10:00 (12:00 en España). Hoy vamos bien, y la ruta no esta tan apretada como otros días. Debemos estar en Zagora antes de las dos para ir yo al banco. Nos acercamos a Tamezmoute y al poco vemos el Draa, cargado de agua marron y trazando curvas amplias que dividen en dos el palmeral, donde vemos mujeres trabajar entre el trigo, en las pequeñas parcelas en las que esta dividida la valorada y rica tierra regada por el río. Un niño nos ofrece una caja naranja de datiles, se deben de producir un monton alli, y son excelentes. Me acuerdo de Hashim, un agricultor de este valle que me abrio las puertas de su casa el año pasado, y que pienso visitar para entregarle copias de las fotos que saque entonces.

La pista es divertida, con curvas, atravesando algunos pueblos, a veces por el palmeral y otras veces mas al exterior por una zona mas desertica. Veo una pista que se dirige al palmeral mismo, que me recuerda a alguna recorrida el año pasado, con un suelo de arcilla seca de formas redondeadas y por el mismo centro del palmeral.

Veo una especie de Kasbah en lo alto y tomo el desvío a la derecha para intentar llegar al río. Por este tramo hay bastante gente, todos nos indican que el camino está cortado. Llegamos al río donde las mujeres están haciendo la colada. Hay un paso de troncos grandes de madera, y estos dos, de cachondeo, me dicen que vamos a pasar por ahí las motos a mano entre los tres.

Tras pasar varios pueblos, disfrutando de un pilotaje más rápido y divertido, la pista se desvía hacia el desierto y se vuelve muy pedregosa. Procuramos cuidar las mecánicas ante tanto bache y piedra suelta. Tengo un susto, y estoy a punto de caerme, a poca velocidad pero sobre una pista de piedra sobre piedra, al final doy gas y puedo salir.

Nos vamos acercando a Zagora. Hay algún tramo de arena, pero muy pequeño. La pista, transcurre lejos del palmeral y mejora, y empiezo a ir rápido. Paro a esperar y los veo aparecer a lo lejos, su imagen aparece ondulada debido al calor.

Llegamos por fin a Benizouli. Desde allí se puede seguir por pista, pero tomamos la carretera a Zagora. Antes paramos a tomar una refresco en una de esas tiendas pequeñas que tanto abundan, quizá una de las pocas alternativas para salir adelante fuera de la agricultura o ganadería. Charlamos un rato sobre la vida en Marruecos y con paciencia consigo convencer a unos chavales para sacarles una foto.

Llegamos a Zagora. Es el lugar más turístico con diferencia que hemos visitado. Se ven un montón de todoterrenos y motos, muchos españoles. Paro en el Banco para sacar dinero con la visa y el pasaporte. La cola de marroquíes es grande. Me atienden muy bien. Delante de mí, un guía marroquí joven, cojo y espabilado acompaña a una inglesa tonta y gorda, disfrazada de turista británica, que parece no enterarse de nada aunque agarra los billetes con fuerza “How much is supposed to be this?”

Cruzamos Zagora hacia el sur hasta llegar al Kasbah Asmaa. Parece que todos los españoles acabamos en este hotel. Dejamos las motos en el aparcamiento del hotel donde continuamente hay tíos ofreciendo los servicios de taller para las motos. Por fin llegamos a un Hotel de día! Y este tiene piscina!!

En la recepción una mora muy risueña y simpática nos recibe. En general los marroquíes parecen trabajar de muy buen humor. La habitación triple que nos han reservado es de matrimonio más individual. Señalo a mis polvorientos compañeros y les pregunto que pareja de nosotros creen que va a compartir la cama. Lo arreglan mientras cubro los papeles. La encargada lee el papel donde he cubierto mis datos incluida la profesión, me mira de arriba abajo con el traje lleno de polvo, la cara quemada y el sombrero de indiana jones y me dice riéndose “Professeur???” – Oui, oui. Je sui le professeur et ils sont mons estudants, Joakin et Pako”. Seguimos la broma mientras nos da una habitación con terraza a la piscina. Bajamos a comer en una mesa cerca de ésta, y no perdono un bañito unos largos.cortos, la piscina esta vacía y el agua esta fresca. La gente ha terminado de comer y nosotros lo hacemos relajadamente escuchando el canto de los pájaros. El menú es lo de siempre: tajine o cous-cous de lo que haya. Nos atiende una morita joven, muy morena, que no entiende ni un petit peu de francés, en prácticas seguramente. Yo quiero saber si el menú en la cena es el mismo, lo pregunto. Me mira diciéndome: “no me hagas esto, pide un plato y no me compliques” pero ve que no lo hago y pide ayuda. La cena es el mismo menú. Comemos bien. A mi me traen un cous cous para dos o tres que debió de sobrarles. Mientras espero el café, me tumbo a la sombra en una tumbona a la que había echado el ojo. Me quedo seco. Levanto la cabeza y veo el café que han dejado a mi lado y a mis compis catatonicos en sus respectivas tumbonas.

Voy a Zagora en busca de un sitio donde descargar la tarjeta de la cámara. Fallo grande el no haber comprado una mayor. Hace un calor tremendo y no se pueden dar ni dos pasos al sol. No me cuesta encontrar el sitio. Una jovencita muy eficiente y rebosante de autoconfianza que lleva un ciber pone a grabar los cds, mientras espero un buen rato. Es de piel muy oscura, ojos negros y grandes, labios muy gruesos, parece casi más del África subsahariana. Se nota que hay más gente negra o casi negra al sur. Mientras espero entra una amiga suya con la que se besa cariñosamente en ambas mejillas y conversa sin dejar de trabajar. Da la sensacion de que son gente joven muy cariñosa y con relaciones personales estrachas.

De vuelta en el hotel encuentro a Joakin hablando por teléfono con la BMW. Repasando su moto ve que se le ha rajado un guardapolvos de la rótula que sujeta el telelever a la horquilla delantera y la grasa que contenía se ha salido. También hay algo de aceite bajo su amortiguador delantero.

Luego habla con un amigo que le pregunta si ha sido por coger un bache: “- si, un bache... y diez millones de baches mas”. Joaquín se quedará en Zagora para que le reparen la moto, no acepta que nos quedemos, el se arregla, nos dice que vayamos a mhamid, según lo previsto.

Paco no ha visto el desierto nunca y vamos a ello, pero con demasiado retraso entre una cosa y otra. Al poco de tomar la carretera vemos un indicador a Tazzarine que señala el inicio de la pista a Rissani tan famosa. La carretera solo tiene asfaltada la banda central y hay que apartarse cuando vienen de frente. La arenilla me está dejando al rojo vivo el contorno de los ojos, y que con visera no veo bien y las gafas de calle no cubren demasiado. Tras un trecho monótono subimos un pequeño puerto y vemos una inmensa llanura. El sol se pone. Llegamos a Mhamid casi de noche. No hay tiempo para buscar las dunas y subimos a Alí a la moto de Paco, que con tacos ira mejor por la arena. Alí sin miedo alguno a pesar de algunos bandazos lógicos en la arena va indicando el camino con dos dedos a Paco, mientras yo voy pensando “a ver a donde nos lleva este fenómeno” aunque sin preocuparme demasiado. Tras dos o tres Km., paramos junto a una casa de adobe en medio de una zona de dunas bajas. Ali, va hacia la puerta y con sus llaves la abre. Nos ha llevado a una casa suya. Nos dice que las dunas están a no se cuantos Km. Le explicamos que no nos vamos a quedar, que se fije en que no tenemos maletas, que están en el hotel. A Paco le hace un montón de gracia el pillo este de Alí y los 40 ladrones y nos sacamos unas fotos con el pájaro. Volvemos a Mhamid siguiendo el GPS, por si acaso y tras tomar un te infame y agua partimos de vuelta, ya con noche cerrada.

Pero Marruecos nos reservaba aun una sorpresa para este día. La luna, llena y enorme, muy baja, nos iba marcando el camino. Era precioso. Fui estudiando donde parar para fotografiarla y lo hice en una zona de oasis. Fotografiar la luna es más complicado de lo que parece, y seguimos viaje a pesar de no haber sido capaz de captarla muy bien.

Regresamos prudentemente por la carretera donde hubo que apartarse de alguno que venia de frente. Al llegar al hotel Joakin nos esperaba contento en la terraza con una cervecita, le habían hecho una reparación de emergencia bastante aceptable.